Inflación y tipo de cambio: los novios tóxicos

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Enero arrancó con una histórica racha de apreciación del peso mexicano frente al dólar. Para el viernes 13 de enero, al cierre de la jornada, el dólar se cotizaba a 18.76 pesos. ¡Desde 2020 no se observaba un tipo de cambio por debajo de los 19 pesos!

Pero, ¿a qué se debe?

El valor del peso ante el dólar, depende básicamente de qué tan atractivo sea para los inversionistas del mundo adquirir activos financieros (acciones, bonos, etc.) en México. Por ejemplo, el valor del peso sube cuando los inversionistas esperan obtener más ganancias en la Bolsa Mexicana de Valores que en la Bolsa de Chicago, y viceversa.

En este sentido, al ser México una de las 20 economías más importantes del Mundo, los inversionistas se encuentran atentos a las decisiones de política monetaria que toma el Banco de México (Banxico): si el Banxico decide subir la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE), entonces subirá el potencial de ganancias para los inversionistas.

Cuando esto ocurre, los inversionistas compran activos financieros en pesos, y al subir la demanda, el peso se aprecia frente al dólar.

¿Y la inflación?

La inflación puede tener varios orígenes, sin embargo, la teoría económica nos enseña que la inflación no es más que un desequilibrio entre el nivel de actividad económica y la cantidad de dinero líquido circulando en la economía. Aunque también podría presentarse como resultado de un fenómeno de incremento en los costos generales de producción, que por lógico, se transmiten a los precios finales.

Cuando en la economía circula más dinero del necesario para cubrir el valor de la actividad económica, entonces los precios se incrementan para que la oferta se equilibre con la demanda de bienes y servicios.

En el caso especifico del proceso inflacionario que vivimos actualmente, se explica por tres razones principales: la ruptura de las cadenas de suministro derivada de las medidas de aislamiento durante la pandemia; la guerra comercial por los microchips entre USA y China; y el incremento de precio en granos y combustibles ante la guerra en Ucrania.

No hay que perder de vista que en los procesos inflacionarios también interfieren factores de política interna de nuestro país, como podrían ser: el aumento arbitrario del salario mínimo y la imprudencia en el manejo del presupuesto gubernamental.

Inflación y tipo de cambio, los novios tóxicos

Como se comentó al principio, los inversionistas del mundo se encuentran a la espera de una mayor tasa de interés, misma que es definida por el Banco de México, y dependerá del comportamiento de la inflación.

La TIIE es el principal instrumento de nuestro banco central para el control inflacionario, conforme mayor sea la inflación, mayor será la tasa de interés, pues el Banxico tiene por mandato controlar la inflación.

Pero, ¿quiénes son los inversionistas? Si bien, la tecnología permite que cada vez más personas accedan por su cuenta a los mercados financieros globales, la mayor parte de los flujos de capitales provienen y son administrados por instituciones financieras, como bancos, fondos de inversión y sistemas de pensiones. Ellos son quienes apuestan a ganar dinero con la bonanza o la desventura, como es el caso de la inflación en México.

¿Qué sigue?

Aunque la reintegración de las cadenas de suministro cada día avanza hacia la normalidad, la disputa entre China y USA continúa y se profundiza, lo que afecta a las industrias de equipos de transporte, de electrónicos, de maquinaria y de tecnología. Respecto al conflicto en Ucrania, 2023 podría observar una escalada ante la probable intervención de la OTAN mediante el envío de equipos bélicos al gobierno de Kiev.

En este contexto, la expectativa de los mercados supone el enfriamiento del nivel de precios en Estados Unidos hacia el tercer trimestre de 2023 y una consecuente baja en sus tasas de interés, lo que lo hará menos atractivo para los inversionistas, quienes buscarán mercados con mayor potencial de ganancias, como México.

Ante esto, es probable que el peso siga fortaleciéndose en el mediano plazo.


Me llamo Luis Carbajal, soy economista, emprendedor y consejero de otros emprendedores. 

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